BLANQUEAMIENTO DENTAL

Además de tener una mirada poderosa, un andar elegante o el maquillaje apropiado, una sonrisa encantadora es un elemento imprescindible para acercarse más al ideal de belleza.

Datos estadísticos apuestan que un 74 por ciento de los norteamericanos están de acuerdo en que una sonrisa poco atractiva disminuye las oportunidades de éxito profesional. Y es que poseer unos dientes sanos, en una boca cuidada es sinónimo de respetabilidad, salud y también elegancia.

Pero ¿qué hay que hacer para conservar el blanco de la dentadura? No es suficiente con las limpiezas bucales que cada año deberíamos realizarnos en el dentista, ni con el cepillado diario después de cada comida. Sino que tenemos que empezar un tratamiento blanqueador de la dentadura. Existen varios método omposición del diente

Sistemas de blanqueamiento dental

Los avances científicos y tecnológicos permiten en la actualidad realizar tratamientos blanqueadores de gran calidad y asumiendo prácticamente ningún riesgo. Estos innovadores tratamientos se nutren de componentes químicos tales como el peróxido de carbamida o el peróxido de hidrógeno.

Las técnicas actuales para blanqueamiento dental apuestan por estos dos productos químicos que mediante la activación por calor y/o luz blanca desprenden moléculas determinadas que se filtran a través del esmalte. Con esta filtración, la dentina –tejido interno- que da color a los dientes sufre un proceso de oxidación traduciéndose en un blanqueamiento de los tejidos dentales.

La tonalidad de color adquirida dependerá de cada paciente, dependiendo de su color inicial y del número de sesiones y duración del tratamiento. La mayoría de los dientes responden bien a estos tratamientos, excepto los que presentan tinciones por tetraciclinas (tonalidades marrones o grises).

El tratamiento suele durar de tres a seis meses, asegurando un blanqueamiento eficaz y gradual. Hay que recordar que cada persona tiene un color de dientes específico y que conviene equipararlo al de la guía de colores odontológica, para hacer una estimación aproximada de los tonos de blanco que pueden lograrse, dependiendo siempre del número de sesiones realizadas.

Es importante hacer hincapié que hay situaciones en las que no debería realizarse un blanqueamiento dental. Se trata de personas embarazadas o en periodo de lactancia; personas diabéticas o con enfermedades cardíacas y a menores de 13 años.