El lifting con suturas Silhouette es perfecto para reducir los signos del envejecimiento en el hombre: no deja cicatrices visibles, tiene un periodo de recuperación mínimo y el resultado es totalmente natural.
No, pero son más difíciles de esconder. En un lifting convencional de cara y cuello las cicatrices se localizan en las zonas preauricular y postauricular, es decir, por delante y por detrás de las orejas. En las mujeres, las cicatrices preauriculares se sitúan exactamente en el límite entre la oreja y la cara, por lo que son prácticamente imperceptibles.
En cambio, en los hombres, debido a los pelos de la barba, éstas se sitúan ligeramente por delante de la oreja, lo que hace que puedan ser más visibles. Lo mismo ocurre con las cicatrices postauriculares (que se esconden, en su mayor parte, detrás de la oreja y en la zona pilosa occipital): en las mujeres, debido a que suelen llevar el pelo más largo, las cicatrices permanecen ocultas, mientras que en los hombres resultan más notorias.
Las ventajas del lifting con suturas Silhouette:
– intervención ambulatoria, con anestesia local
– técnica mucho menos agresiva que el lifting convencional
– postoperatorio más llevadero y recuperación más rápida, permite reincorporarse a la vida habitual en una semana
– resultados inmediatos
– ahorro: sus características suponen menos costes para el paciente
– aspecto muy natural: el rostro se ve más fresco y descansado
– surcos nasogenianos suavizados y atenuados sin rellenos ni signos de hinchazón
– línea de la mandíbula más definida y marcada
– ausencia de cicatrices visibles
No hay diferencias entre las suturas para hombre y para mujer. La intervención y recuperación es igual. Sin embargo, en el hombre, al ser mayor el tamaño de la cara, puede ser necesario insertar más suturas Silhouette.
Las suturas se introducen con dos tipos de agujas por encima de la sien, escondiendo el punto de entrada entre el cuero cabelludo. Se llevan cuatro de ellas hasta más o menos el surco nasogeniano, en un semicírculo que va desde la mitad del surco hasta casi la línea de la mandíbula. Una vez insertadas, se tensan las suturas, lo que produce un movimiento de tracción que reafirma la mandíbula, atenúa los surcos nasogenianos (sin el antiestético aspecto de “mejillas de ardilla” que dejan las infiltraciones excesivas) y redefine los pómulos, dando un aspecto más fresco y más descansado al rostro.
Pacientes que:
– presentan flacidez de leve a moderada con buena calidad de piel
– años después de un lifting, presentan de nuevo signos de descolgamiento facial
– denotan falta de volumen a nivel de los pómulos
– padecen parálisis facial
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